viernes, 18 de noviembre de 2016

El reto de ser mujer, madre y trabajadora



Ser madre: una celebración para siempre

Ser madre no es un título que se adquiere estudiando en la universidad, es un reconocimiento que se logra con la energía de amar, guiar, cuidar, acompañar y proteger con devoción a los hijos. Por eso, creo que todas las mujeres nos sentimos realizadas cuando llegan los hijos a nuestras vidas, aunque muchas veces nos 'pillan' en plena faena profesional.

Tenía 19 años, y en ese entonces sin saber muy bien cómo ni de qué manera, comencé una aventura que consistía en transformar el yo, por el nosotros. El comienzo fue dulce y amargo a la vez, porque a la experiencia de acoplarse, se unía la ilusión de emprender el camino. Con el embarazo y el nacimiento de mi hija, me enfrenté con los modelos cercanos que más calaron en mi vida a lo largo de mi desarrollo. Durante esta etapa, si bien muchas veces me deje llevar por mi instinto, también conviví con ideas que no me pertenecían y con otras con las que no estaba de acuerdo.
Trataba de articular mi nuevo rol de madre, con el de una mujer que amaba su trabajo y empezaba sus estudios universitarios. Aunque, estos roles,  deberían ser complementarios, no resulta tan fácil como se supone y cuentan que es, y más siendo mamá primeriza  llena de angustias y miedos a lo que todo eso trae consigo
En la actualidad, existen otros intereses más allá de la maternidad, como el trabajo y el desarrollo de una carrera profesional, los estudios o los hobbies, y las mujeres estamos comenzando a advertir que, si bien la maternidad deseada puede hacernos felices, esto no es siempre así ni para todas igual, motivo por el cual, estos roles entran en conflicto y actualmente asistimos a un cambio de modelo , que cuenta con el desafío añadido de encontrar nuestra propia manera de 'ser madre y ser mujer' en estos tiempos modernos, que nos ha tocado vivir.  
 Yo, elegí ser mujer, madre y trabajadora; y no es para nada fácil, pero encontré mi sitio en medio de pañales y juguetes, reuniones importantes de trabajo y formándome como profesional. Aunque en algunos momentos pensé en desistir, una pequeña sonrisa me dice que lo estoy haciendo bien! y me di cuenta que ser madre me  cambio la vida de manera increíble convirtiéndose en una celebración para siempre.
Todo es cuestión de creer en nosotras mismas, somos capaces de ser quien soñamos. Deja que todo fluya y no te desanimes, todos tenemos días difíciles. Sonríe y preocúpate menos,  Nuestros hijos necesitan madres y mujeres felices.

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